domingo, 27 de octubre de 2013

#Chapter4

''Solo haz lo que yo te diga''
Me asusté, y no poco. Nuestros pasos eran mucho más rápidos, oí nuevos pasos uniéndose a nuestro ritmo, alguien nos pisaba los talones, y a Zayn no parecía agradarle mucho la idea.
Alguien no deseado nos perseguía.
Malik caminó, aún sin soltar mi mano, hacia uno de los bancos, e hizo que me sentara encima suyo, acto que me sorprendió por completo.

''Muy bien, hazme caso, por favor'' rogó.
''De acuerdo'' dije, tragando sonoramente.
''Acércate más a mi, que no se me vea'' continuó con aquello.
''¿Zayn?'' preguntó una voz masculina tras nosotros, ese no era Harry, para nada.
''No contestes'' espetó susurrando mi acompañante ''Bésame, Amy'' me miró directamente a los ojos.
Me quedé paralizada, total y completamente, ¿qué le besara? Y un cojón, tengo novio, joder, y él lo sabe. Me agarró tras la cabeza, desde la nuca prácticamente. Su boca se acercó peligrosamente a la mía, y sin dudarlo un segundo, él estampó sus labios contra los míos.
No podía moverme, no podía ni girar la cabeza, ni quitar los labios... Simplemente tenía que esperar, esperar a que sus labios se deshicieran de los míos.
Segundos después su lengua pidió permiso para adentrarse en mi cavidad bucal, y ahí fue cuando reaccioné, me separé de él empujándole desde el pecho. No, no estaba bien lo que acababa de hacer.
Pero en un leve impulso volví a mirar sus carnosos labios, y relamí los míos, no sé el porqué de tanta estupidez por mi parte.
¿Cómo podía haber echo esto?, ¿qué clase de persona era? Aunque tampoco era para arrepentirse del beso, el moreno besaba tan pero tan bien que pocas podrían resistirse.
''Lo siento... Mhh yo...'' intentó arreglar aquello, pero no tenía solución.
Me levanté de sus piernas, suspiré fuertemente y noté como un montón de lágrimas pinchaban tras mis ojos, con ganas de salir de ellos. Me quedé unos segundos largos de pie, dudando sobre qué tenía que hacer en ese instante.
La primera lágrima salió de mi ojo izquierdo, y ya comenzaron a salir todas.
¿Y qué hacía yo ahora?
Me senté en la esquina opuesta del banco donde estaba mi secuestrador, puse mis rodillas dobladas, y enterré mi cabeza en ellas, intentando no mostrar mis sollozos a Malik, cosa que era un tanto imposible, ya me había visto llorando.
                
                                                                             * * *

''Extraño a Emily'' murmuró Zayn, comenzando su conversación con Harry.
''Bueno, ya queda menos para que os veáis'' sonrió Styles, aquella era la primera vez que le veía de mostrar aquella perfecta dentadura.
''No sabes lo raro que se me hace estar sin ella'' bufó el moreno.
Ellos pensaban que yo estaba a lo mío, y que seguramente no les estaría escuchando, pero obviamente, no era así, yo llevaba sumergida en la conversación la mayoría del tiempo.
¿Quién era la tal Emily?
''Sobre todo la echo de menos por las noches'' dijo Zayn, en un tono pícaro.
Aquello me molestó, es decir, no tiene porqué molestarme pero, si tiene a la tal Emily, no debería haberme besado, digo yo...
Aunque bueno, yo tengo a Liam y he besado a Malik, oh, no, que va, Malik me ha obligado a besarle, yo no respondí.
''Que es mi hermana, idiota'' le dio una colleja Styles a Zayn.
¿Malik estaba con la hermana de Styles?, ¿estos dos eran cuñados? Vale, ahora entiendo porqué Zayn aguanta a Harry, posiblemente no tendría otra opción.
Pero la duda seguía en mi mente, ¿porqué me habían secuestrado a mi?
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COMENTAD O NO SIGO.

viernes, 18 de octubre de 2013

#Chapter3

*Narra Amy*

No recuerdo más desde que me subieron al coche, nos dirigíamos a otro lugar... Me alejaban de todo aquello cuanto quería.
Solo llevaba un día sin ver a mi familia, a Liam, Alexa y Niall y ya les echaba mucho de menos.
Liam... Él era un buen chico, estaba muy segura de eso. Le echaba en falta en este momento. Cuando estaba mal, siempre estaba a mi lado, y ahora no es que esté bien. Me hacía de estar tranquila ante todo con su presencia.
"Ella no tiene la culpa de todo lo que le estamos haciendo, Harry" diferencié la voz de Malik.
"Ya, pero, ¿no crees que a Payne le toca sufrir un poco?" preguntó Styles con cierto tono gracioso en su voz.
¿Qué tenía que ver mi novio en todo esto?, ¿porqué el se merecía algo malo? Y en caso de que así fuera, ¿el qué?
No entendía porqué precisamente ellos me habían escogido a mi, ¿por hacer daño a Liam? Eso no cabía en la cabeza de nadie. 
La confusión se apoderó de mi mente con suma rapidez.
Otra pregunta alcanzó mi mente. ¿Se habría dado cuenta Liam de que había desaparecido?, ¿me estaría buscando? Pues claro idiota, es tu novio.
Maldito subsconciente, nadie te manda a meterte.
Unos kilómetros después, llegamos a un aeropuerto, me di cuenta de que lo tenían todo sumamente planeado.

                             * * *

"Duerme demasiado" escuché de protestar a uno de los dos chicos mientras bufaba.
"Mejor dormida que despierta molestando, ¿no crees?" Harry, este fue Harry.
"Tienes razón" admitió Zayn.
Si tanto les molestaba mi presencia que se lo hubieran pensado antes de haber tomado este paso. Yo no tengo la culpa de estar aquí.
Miré a ver dónde era que me encontraba. Era una sala amplia, muchísimo más que donde me tuvieron la última vez. Con una chimenea gigantesca, y las paredes pintadas de beige suave, que hacían juego con las cortinas que caían a ambos lados de las ventanas.
Los sillones eran de cuero marrón y habían unas cuantas estanterías llenas de inmensos y gordos libros, antiguos.
"¿Dónde estamos?" pregunté estirándome un poco, por el sueño.
Bostecé.
"Southbridge" contestó Styles.
Bueno al menos no hemos salido de Estados Unidos, algo es algo. 
Creo que si me muriera ahora mismo, a nadie le importaría lo más mínimo, y esta era la primera vez en toda mi vida que me sentía así, con ganas de desaparecer, pero bajo suelo.

"La voy a llevar a dar un paseo" anunció Malik.
Vale, admito que me he quedado sin habla. 
Le miré estupefacta, y Harry asintió. 
Puede ser que solo quiera quitarse un rato de encima a la borde pesadilla que es Styles, pero lo dudo, ellos dos se llevan bien.
Y aunque quisiera estar sin la grandiosa compañía de su amable amigo, gran ironía, dudo que quisiera estar conmigo. Ellos al fin y al cabo, eran... Mis secuestradores.
"Ten cuidado Zayn, ya sabes de qué hablo" se limitó a decir Harry, antes de desaparecer por la gran puerta de madera tapizada del salón donde nos encontrábamos.

                              * * *

Paseábamos.
Se sentía de lo más extraño e incómodo. ¿Pasear con tu secuestrador?, ¿en qué cabeza cabe eso? Ah, claro, ya sé, en la mía. Aunque tampoco es que pudiera negarme ha hacer nada de lo que ellos dos quisieran, las cosas se pondrían peor si no acataba alguna de sus órdenes, ¿no?

"Siento que esto te esté pasando" espetó "Tranquila, no es tu culpa, no creo que te merezcas esto. Pero Liam sí" me estremecí cuando dijo su nombre.
"¿Liam?" pregunté intrigada, para nada se lo merecía. "Creo que os equivocáis de persona, Zayn. Él es maravilloso." intenté evitar sonreír, pero fue en vano.
"No, créeme que no" dijo. "Puede parecer un buen tipo, pero para nada lo es, te lo aseguro" prosigió. "Brooks, él ha echo cosas terribles, que no pueden ni  pasarse por tu mente. Es bastante difícil de comprender, no te quiere Amy, solo te ha estado utilizando." suspiró fuertemente, como si se hubiera quitado un gran peso de encima, pero lo que Malik no sabía, era que me lo había cedido a mi.
El parque por el que andábamos era bastante común, unos árboles altos, alguna que otra fuente, más gente paseando, unos bancos, todo muy corriente. 

He de admitir que aunque Zayn me hubiera dicho esas cosas sobre Liam, no llego a creerle. Y aunque parezca de lo más extraño, me siento agradada en este momento paseando con mi secuestrador.
Ya era tarde, el parque ya se encontraba vacío, solo mi presencia y la de Malik.

Mi acompañante, y secuestrador, volvió la mirada atrás, en un instante se puso rígido.
"Mierda" susurró.
Agarró mi mano con fuerza, pero sin llegar ha hacerme daño alguno. Nuestros pasos comenzaron ha hacerse más rápidos y ágiles.
"Zayn, ¿pasa algo?" pregunté.
"Solo haz lo que yo te diga" se limitó a contestar.

viernes, 11 de octubre de 2013

#Chapter2

*Narra Alexa*
Pasé toda la tarde con Niall, disfrutando de cada segundo a su lado, ya que a partir de mañana ya no podríamos pasar tanto tiempo juntos, se acercaban los exámenes finales y tenía que aprobar si quería mantener contentos a mis padres.
En este preciso instante me hayaba sobre el regazo de mi novio, quien estaba tirado en el sofá, completamente espatarrado. Su cálida manl paseaba cuidadosamente acariciando mi cabello, en gesto de cariño.
Veíamos una película romántica que rato antes habíamos alquilado en un videoclub cercano a casa, de paso. La película era una de mis favoritas, aunque seguramente Niall estaría aburrido.
Oí su respiración más lenta de lo normal, y cuando le miré observé que efecticamente estaba dormido. 
Reí ante aquello.
Mi mente tuvo una grandísima idea, y aunque después tuviera sus consecuencias, merecía la pena llevarla a cabo. 
Anduve haciabla piscina del jardín trasero con un cubo en mis manos, el cual llené de agua congelada y de nuevo, me dirigí al salón.
Tiré el cubo sobre él, mojándolo completamente. Se levantó al microsegundo y yo lo único que pude hacer en ese instante fue soltar una ruidosa carcajada desde el fondo de mi garganta.
"Eres mala, nena. Muy mala" dijo malicioso mientras miraba toda su vestimenta mojada.
Mi novio se veía demasiado bien así, su camiseta se había adherido a su cuerpo, al igual que los pantalones, se le marcaban sus definidos músculos del torso y sonreía de una manera demasiado sexy, yo diría irrisistible.
Se fijo en como mi mirada iba directa a su camiseta mojada, estaba embobada mirándole, y me pilló en seco. Me ruboricé como nunca antes lo había echo.
Rió y me miró con semblante divertido, creo que ya sabía lo que venía ahora, por lo que lo único que se me pasó por mente fue salir a correr. 
Dos segundos después me tenía agarrada, desde detrás, con sus manos unidas en mi cintura, evitando por mi parte escape alguno.
Sentía el frío que su cuerpo desprendía contra el mío. Me estremecí cuando me cogió en brazos y emprendió paso hacia la piscina del jardín.
"Niall, escúchame, por favor. ¡No, no me tires!" grité exclamando alterada por sus intenciones.
"Dame una buena razón para no hacerlo y no lo haré" me contestó con voz firme.
"Pues..." me quedé pensativa "está fría" contesté rápidamente, fue lo primero que se me ocurrió.
"Cuando fuiste tú la que me mojaste a mi no te importó lo más mínimo eso" rió, aún sosteniéndome "a demás, nena, eso es perfecto, así podré hacerte entrar en calor después" susurró en mi oído.

*Narra Amy*
Estaba completamente maniatada, de pies y de manos, y tenía algo en la cabeza, tapando mi visión, probablemnte un pañuelo o algo para que no pudiera verles.
Quise soltar mis manos, pero era imposible, el nudo con el que me habían atado estaba muy apretado.
Sacudí mi cabeza de un lado a otro con fuerza, y la venda se deslizó hacia abajo.
Oh, bien, al menos ya podía ver dónde  me encontraba.
Estaba en una diminuta habitación, era de lo más pequeña, mucho más que cualquier estancia de mi casa. Incluso el aseo de mi habitación era más grande. Las paredes eran blancas, todo estaba vacío, sin ninguna foto, póster o algo que me diera información sobre quién me tenía retenida, me fijé en que ni siquiera tenía ventanas.
De no ser por el tono blanco de las paredes jugando con el de la luz, la habitación se vería peor aún.
Escuché unos pasos. Alguien venía a vigilarme, y como soy idiota, me doy cuenta de que ahora no podría ponerme de nuevo la venda sola, podría ver a la persona que me hacía de permanecer en este sitio.
La medianamente puerta rota de madera se abrió. Un chico alto, de cabello rizado y desordenado, castaño. Tenía un cuerpo bien cuidado, se veía sexy, pero era mi secuestrador, no podía pensar así en él... La verdad, me lo esperaba diferente.
"¿Porqué mierda te quitaste la venda, Brooks?" ¿y cómo era que sabía mi apellido? me pregunté a mi misma. Se veía duro, y realmente era sexy, una especie de Dios griego. Me miró penetrantemente con sus ojos color verde profundos, estaba acusándome con la mirada.
Al ver que no había respuesta por mi parte, siguió hablando, con el mismo tono.
"Mira, perra, ahora todo cambiará, ¿sabes? Nos iremos de Washington. Todo lo que deseas se quedará aquí, y jamás volverás, perderás a todos tus seres queridos, y ellos te perderán a ti, te darán por muerta. No volverás a verlos en tu vida, zorra" escupió con maldad "No sabes lo que es que todo el mundo te rechace, ¿verdad?, ¿a que tampoco sabes lo que es perder a la persona más importante de tu vida y que todos los que antes te querían se vuelvan en tu contra y te echen la culpa de todo?, ¿no, verdad?" bufó.
La ansiedad me fue invadiendo mientras el hablaba todo aquello, yo no entendía nada de nada. Yo no sabía quién era, ni qué tenía contra ni, y mucho menos, el motivo por el cual me estaba haciendo todo esto.
Mordí mi labio desde el interior, reprimiendo mis ganas de romper a llorar en ese momento. No merecía la pena  que él me viera débil, incluso se reiría de ni, no podía permitir aquello.
La puerta se abrió de nuevo, por ella apareció un moreno, con un cuerpo más cuidado aún que el del chico de pelo rizado. Unos ojos comunes, pero increíblemente bellos, yo diría ue eran del mismo color que los míos. También era jodidamente sexy, y a demás bastante alto.
"¿Porqué le quitaste la venda, idiota?" preguntó el moreno rápidamente, dirigiéndose al ruloso.
"Quería verla mejor, no te jode" se mofó.
"Me la quité yo" dije en un susurro, interviniendo en la conversación, aunque no se para qué.
"Bueno Styles, cógela, nos vamos ya" volvió a hablar el moreno.
Ya sabía un dato más, el chico de pelo rizado que me hizo sentirme tan mal antes, se apellidaba Styles.
"Cógela tú, Malik, ni de tocarla tengo ganas" bufó Styles, saliendo.con rapidez de la habitación, si es que a aquello se le podía llamar así.
Más información, el moreno era Malik.
"Vámonos, zorra, nos espera un largo viaje por delante" me guiñó un ojo, y rápidamente, me cogió en brazos.
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HOLA, espero que os esté gustando.
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Besos<3
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martes, 8 de octubre de 2013

#Chapter1

Amy y Alexa se hayaban en la puerta del gimnasio, acababan de salir de el entrenamiento de las animadoras, y esperaban a que salieran de una charla Liam y Niall.
Amy estaba saliendo con Liam, y Alexa, con Niall.
Mientras que Niall era rubio y adorable, Liam era castaño y duro, los dos eran demasiado sobreprotectores, de echo, ahora les estaba dando la charla el entrenador Stevens, por haber dejado encerrado en uno de los diminutos baños a Zack, y todo eso no hubiera pasado si este no hubiera intentado flirtear con la chica de Payne, cosa que muy pocos, o mejor dicho, ninguno, había intentado hacer en lo que llevaban juntos Payne y Brooks.
"¿Están tardando mucho, no crees?" preguntó Alexa exasperada, ya deseaba volver a ver a su rubio revoltoso.
Antes de que Amy pudiera contestarla, se escuchó bufar fuerte y sonoramente al entrenador, quien estaba muy cansado de las actitudes de sus dos mejores jugadores de baloncesto.
"Salid ahora mismo de aquí" sentenció clamando el viejo entrenador. No entendía como precisamente ellos dos podían pensar de una manera tan cerrada, y actuar tan mal, Zack era claustrofóbico.
Los dos salieron de allí riendo, sudaban y estaban sin camisa, cosa que a sus chicas en parte les molestó, ya que estaban apunto de salir de clase muchas zorras, que se fijarían en ellos, como siempre hacían.
"¿Podemos irnos antes de que salga todo el instituto?" preguntó Amy con el  ceño fruncido.
"Claro, nena, vamos" dijo Liam cogiendo la mano de su chica, emprendiendo camiso hacia el flamante Audi negro de Payne, seguidos por Alexa y Niall, que irían en el BMW rojo de Horan.

*Narra Amy*
Definitivamente hoy no podría salir de casa, ni siquiera podría quedar con Liam, Alexa o Niall, estaría ocupadísima esta tarde. No había estudiado nada en toda la semana, y mañana tenía un decisivo examen de física que me aprobaría o suspendería la asignatura, y no podía permitirme el lujo de suspender, mis padres me enviarían a un internado si así fuera.
"Llevas todo el camino callada, ¿te  ocurre algo?" preguntó Liam, sacándome de mis pensamientos. Me giré hacia el para verle, tenía el ceño fruncido, su mirada era penetrante en la carretera, parecía disgustado y aún así, se veía igual de hermoso que siempre.
"Solo estoy distraída" murmuré volviendo mi vista a la carretera, sumiéndome a su paso.
Cuando quise darme cuenta estabamos aparcando en frente del bello jardín de casa.
"Gracias por traerme" rompí el silencio después de unos cuantos segundos. Hoy a Liam le pasaba algo, algo me ocultaba, pero no sabía el qué, y si el no me lo había contado ya era porque no querría hablar del tema, así que yo tampoco lo saqué.
"Adiós cariño" dijo abalanzándose sobre mi persona, o más bien, hacia mis labios. Sin pedir permiso hizo que abriera más mi boca, y dió paso a su lengua, que se fundió en una guerra con la mía, por último mordí succionando su labio inferior, y sonreí en sus labios antes de salir del coche.
Cuando estuve apunto de llegar a la puerta de casa, me volví a mirarle, pero ya había desaparecido en su coche, eso era extraño, el siempre se esperaba a que entrara en casa, pero al parecer hoy cambiaron muchas cosas.
                         * * *
El examen de física me había salido mejor de lo que yo misma me hubiera podido esperar de mi, toda la tarde anterior encerrada me sirvió de mucho, estaba segura casi al cien por cien de algo, tenía la asignatura aprobada, y estaba muy alegre por ello, lo que no sabía es lo rápido que se puede pasar de felicidad a desesperación.
Me pasé media hora más terminando el examen, en la amplia sala solo quedábamos Rouse, que era la profesora de física, y yo. Cuando salí de allí, todo parecía desierto, nunca había visto el instituto de esa manera, pero para todo había una primera vez.
Anduve lo más rápido posible hacia mi coche, pues ya tenía hambre, quería llegar pronto a casa y comer cualquier cosa.
Metí las llaves en mi auto plateado, alguien me puso las manos en la boca, sosteniendo un pañuelo con olor extraño, mierda, cloroformo.
Intenté patalear y gritar, pero ya era demasiado tarde, el efecto de aquella sustancia que dejaba dormido a cualquiera, estaba haciendo efecto sobre mi, me rendí, ya no había nada que pudiera hacer.

"Buen trabajo, Styles" escuché una voz linda y agradable, de chico.
No sabía donde estaba, solo sabía una simple cosa, alguien me tenía retenida, y contra mi voluntad.
Estaba... Secuestrada.
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HOLA, espero que os esté gustando la novela, pero si no comentáis, no la sigo:3.
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viernes, 4 de octubre de 2013

Introducción~

Amy y Alexa habían sido dos chicas muy reconocidas, respetadas y deseadas allá a donde fueran, tenían todo lo que cualquier chica de diecisiete años quisiera tener: dinero, chicos, popularidad, buen físico... Todo cuanto querían lo habían tenido, debido al estatus económico de sus familiad, los Brooks y los Johnson, dos de las familias más prestigiosas de todo Washington. 
Ellas eran como familia, mejores amigas, aunque detrás de ellas siempre había alguna que otra, intentando conseguir algo de popularidad por estar junto a ellas dos.
Amy Brooks era pequeña de estatura. De una tez morena que brillaba ante el sol. Unos ojos grandes de color castaño intenso, con unas largas y bonitas pestañas. Su larga melena castaña con olor a vainilla dejaba mucho que desear a todas las demás adolescentes del prestigioso instituto al que asistía.
Su cuerpo estaba bastante bien cuidado, con ninguna intención de envidiar a nadie por sus curvas, pues ella tenía cuantas deseaba.

Su mejor y única amiga Alexia Johnson era completamente lo contrario a su amiga Amy, una chica alta, con una tez blanca, de unos inmensos ojos azules verdosos y delgada.
Esta tenía el pelo castaño, largo y con ondulaciones, también precioso, muy bien cuidado.
Podían parecer muy diferentes a simple vista, pero las dos tenían mucho más en común de lo que todos imaginaban. A ambas les encantaba todo lo relacionado con la música; cantar, bailar, componer o incluso tocar algún que otro instrumento.
Estaban juntas en el equipo de animadoras del instituto y también en clases de volleyball.
A veces no les sobraba ni una pizca de tiempo para divertirse, cosas que las irritaba, las dos amaban salir y pasarlo estupendamente.
Pero ellas dos no sabían algo, sus perfectas vidas llenas de lujos y curiosidades iban a cambiar de un momento para otro, iban a dar un cambio radical, un giro de ciento ochenta grados, poco apetecible para ninguna de las dos.
Pero... Quién sabe si eso podría llegar a gustarles, quizá cupiera la posibilidad de llegar a sentir amor por alguien que lo único que quiere es causarte el mayor daño posible.